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Viajes: Cataratas del Iguazú

Cataratas del Iguazú

Fotografías: María Julieta Escayola

Hay lugares que te dejan con las pupilas llenas, el corazón extrañando y el estómago lleno. De engullir cosas que no acostumbramos a comer en nuestra rutina. A veces soñamos con cambiar de lugar de operaciones para irnos a vivir al lugar que conocimos.


Uno de los lugares a los que nos referimos son las maravillosas Cataratas del Iguazú, sitio sin dudas del que se habla siempre, porque siempre se mantiene vigente.


No es en vano que este destino sea tan solicitado, porque reúne todas las condiciones para visitarlo varias veces. Se trata de un sitio lleno de belleza natural, histórico y geográfico. Es insondable, vivaz, magnífico y descomunal.


Si decide partir en micro, se pueden hacer varias paradas, apreciar el paisaje, charlar con los parroquianos. Pero también el viaje en avión es apto para llegar lo antes posible a ver semejante maravilla.


Las Cataratas del Iguazú se encuentran en la localidad de Puerto Iguazú, en la provincia de Misiones, al este de la República Argentina. Se pueden apreciar también del lado brasileño en la localidad de Fox do Iguaḉu, en el estado de Paraná, y tanto en uno como en otro lado se ve su magnificencia.


Las mencionadas Cataratas surgen de la geografía del río Iguazú que forma saltos variados. Están protegidas por el Parque Nacional Iguazú y cuentan en total 275 saltos, entre los cuales el de mayor caudal de agua es la Garganta del Diablo, verdadero espectáculo que puede apreciarse desde las pasarelas construidas específicamente para los visitantes. Fueron elegidas como las siete maravillas naturales y declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984.


Una vez dentro del parque argentino, se pueden realizar visitas en lanchas, en los gomones especiales (haciendo el bautismo de las cataratas) o en el tren ecológico previsto para tales objetivos. Y por supuesto las mencionadas pasarelas que nos permitirán apreciar cada uno de los saltos.


Mientras uno camina por esos lugares encantados, puede encontrarse con algún pícaro coatí dispuesto a robarse la comida que uno lleva para el refrigerio, y salir disparado como acto de coqueteo con la humanidad.


Luego de dos días enteros para visitar las cataratas de uno y otro lado, podemos recorrer alguna comunidad guaraní, que nos deleitará con su música autóctona y su calidez en el recibimiento, o al sitio La aripucá, lugar dedicado enteramente a la yerba mate, final de camino de la ruta del mate. También podemos mencionar el hito de las tres fronteras, donde se halla el monumento que marca la triple frontera entre Argentina, Paraguay y Brasil, comprar artesanías en los múltiples lugares dedicados a ello y comer chipá o sopa paraguaya.


Ir a las minas de Wanda y recorrer los Yacimientos Yaciretá también son opciones en estas zonas.


Y es que son las Cataratas un misterio de hermosura, y quienes pasen por allí intentarán explicar el porqué de su existencia, pero sólo con su contemplación será suficiente para entender para qué fueron creadas. SDA




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